Miércoles, 27 de mayo:
La creación y el tiempo
Dios creó al hombre conforme a su propia imagen. No hay en esto misterio. No existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Tales enseñanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas. Los hombres están tan resueltos a excluir a Dios de la soberanía del universo que rebajan al hombre y le privan de la dignidad de su origen. El que colocó los mundos estrellados en la altura y coloreó con delicada maestría las flores del campo, el que llenó la tierra y los cielos con las maravillas de su potencia, cuando quiso coronar su gloriosa obra, colocando a alguien para regir la hermosa tierra, supo crear un ser digno de las manos que le dieron vida. La genealogía de nuestro linaje, como ha sido revelada, no hace remontar su origen a una serie de gérmenes, moluscos o cuadrúpedos, sino al gran Creador. Aunque Adán fue formado del polvo, era el “hijo de Dios”. Lucas 3:38 - Historia de los patriarcas y profetas, p. 25.Los patriarcas desde Adán hasta Noé, con pocas excepciones, vivieron casi mil años. Desde entonces el promedio de la vida ha estado decreciendo.
En el tiempo de la primera venida de Cristo, la raza humana había degenerado tanto, que no solamente ancianos, sino también personas de edad media y jóvenes eran llevados desde todas las ciudades al Salvador, para ser sanados de sus enfermedades. Muchos trabajaban bajo una increíble carga de miseria.
La violación de las leyes físicas, con su consecuente sufrimiento y su muerte prematura, ha prevalecido por tanto tiempo, que estos resultados se consideran como la suerte común de la humanidad; pero Dios no creó a la raza en una condición tan débil. Este estado de cosas no es obra de la Providencia, sino del hombre. Es el producto de hábitos erróneos: es la consecuencia de violar las leyes que Dios ha formulado para gobernar la existencia del hombre. Una transgresión continua de las leyes naturales es una transgresión continua de la ley de Dios — Consejos sobre el régimen alimenticio, pp. 140.
Hay un día que Dios ha designado para la conclusión de la historia de este mundo: “Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. La profecía se está cumpliendo rápidamente... El día está por llegar cuando el destino de cada uno estará fijado para siempre. Este día del Señor se acerca con prontitud. Los falsos centinelas pronuncian: “Todo está en paz”; pero el día de Dios se acerca rápidamente. Sus pasos están tan apagados que no despiertan el mundo de la somnolencia mortífera en que ha caído... Que nadie se considere libre del peligro de ser sorprendido. Que ninguna interpretación de la profecía le robe a usted la convicción del conocimiento de los acontecimientos que muestran que este gran evento está cercano - Fundamentals of Christian Education, p. 335.
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