Miércoles, 6 de mayo:
Nuestra naturaleza pecaminosa y caída
Cristo dio al pueblo judío abundantes evidencias de que era el
Mesías; pero su enseñanza exjgía un cambio decidido en sus vidas. Ellos
vieron que si recibían a Cristo debían abandonar sus máximas y tradiciones favoritas y sus prácticas egoístas e impías. Exigía un sacrificio
el recibir la verdad invariable y eterna. Por lo tanto, no admitieron la
más concluyente evidencia que Dios pudo dar a fin de establecer la fe
en Cristo. Profesaban creer en las Escrituras del Viejo Testamento, y sin
embargo rehusaron aceptar el testimonio que contenían con respecto a la
vida y el carácter de Cristo. Temían ser convencidos, no fuera que se convirtieran y se vieran impelidos a abandonar sus opiniones preconcebidas.
El tesoro del evangelio, el Cammo, la Verdad y la Vida estaba entre ellos,
pero rechazaron la dádiva más grande que los cielos pudieran conceder.
"Aun de los príncipes, muchos creyeron en él-leemos-, mas por
causa de los fariseos no le confesaban, por no ser echados de la sinagoga". Juan 12:42. Estaban convencidos. Creían que Jesús era el Hijo
de Dios; pero el confesarlo no estaba de acuerdo con sus ambiciosos
deseos. No tenían la fe que podría haberles conseguido el tesoro celestial. Estaban buscando tesoro mundanal -Palabras de vida del gran
Maestro, p. 77.
El Señor ha presentado ante mí que aquellos que, en alguna medida,
han estado cegados por el enemigo y no se han restaurado plenamente
de la trampa de Satanás, estarán en peligro porque no pueden discernir
la luz del cielo, y estarán inclinados a aceptar una falsedad. Esto afectará todo el contenido de sus pensamientos, sus decisiones, sus asuntos, sus consejos. Las evidencias que Dios ha dado no los convencen
porque han cegado sus propios ojos al escoger las tinieblas antes que
la luz. Después dan origen a algo que llaman luz, la que el Señor llama
teas, que ellos mismos encendieron y por las cuales dirigen sus pasos.
Declara el Señor: "¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye
la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confie en
el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros
encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y
de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis
sepultados". Dijo Jesús: "Para juicio he venido yo a este mundo; para
que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados". "Yo, la luz, he
venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en
tinieblas -Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico
adventista del séptimo día, t. 4, pp. 1168, 1196.
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