Domingo, 14 de junio:
Razones posibles para contradicciones aparentes
Aunque los judíos tenían la Escritura que testificaba de Cristo, no fueron capaces de percibir a Cristo en las Escrituras; y aunque tenemos el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, hoy la gente tuerce las Escrituras para esquivar sus verdades, y en sus interpretaciones de las Escrituras enseña, como lo hicieron los fariseos, las máximas y tradiciones de la humanidad en lugar de enseñar los mandamientos de Dios. En el tiempo de Cristo, los líderes religiosos habían presentado ideas humanas por tanto tiempo ante el pueblo, que la enseñanza de Cristo se oponía en todo a sus teorías y prácticas.Su Sermón del Monte virtualmente contradijo las doctrinas de la justicia propia de los escribas y fariseos. Habían representado tan mal a Dios, que se lo consideraba como un Juez severo, incapaz de tener compasión, misericordia y amor. Cuando no tenían un “Así dice el Señor” como su autoridad, presentaban al pueblo máximas y tradiciones interminables como procedentes de Dios. Aunque profesaban conocer y adorar al Dios vivo y verdadero, lo desfiguraban totalmente; y el carácter de Dios, como lo representaba su Hijo, fue como un asunto original, un nuevo don al mundo. Cristo hizo todo esfuerzo para eliminar las falsificaciones de Satanás, para que pudiera ser restaurada la confianza del pueblo en el amor de Dios. Él enseñó a los hombres a dirigirse al Rey supremo del universo con un nombre nuevo: “Padre nuestro”. Este nombre indica su verdadera relación con nosotros, y cuando es pronunciado con sinceridad por los labios humanos, suena como música a los oídos de Dios. Cristo nos lleva al trono de Dios en una manera nueva y vivificador, y nos presenta el Padre en todo su amor paternal – Fundamentals of Christian Education, pp. 308, 309; parcialmente en Ser semejante a Jesús, p. 125.
Satanás es hábil para sugerir dudas e idear objeciones al testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia en ellos el ser incrédulos y presentar dudas. Los que desean dudar, tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. Él da evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia”. “Dios da suficiente evidencia para que pueda creer el espíritu sincero; pero el que se aparta del peso de la evidencia porque hay unas pocas cosas que su entendimiento finito no puede aclarar, será dejado en la atmósfera fría y helada de la incredulidad y de la duda, y perderá su fe —Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 633. Nunca tendrán éxito los que trabajan indiferentemente y sin entusiasmo. Es necesario que los jóvenes como los mayores lean la Palabra de Dios, y no solo que la lean, sino que la estudien con diligente fer vor, orando, creyendo e investigando. De este modo hallarán el tesoro escondido, pues el Señor avivará su entendimiento -Mensajes para los jóvenes, p. 183.
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