Sábado de tarde, 20 de junio
Cómo vivir de acuerdo con la Palabra de Dios
Juan y Judas representan a los que profesan ser seguidores de Cristo. Ambos discípulos tuvieron las mismas oportunidades de estudiar y seguir al Modelo divino. Ambos estuvieron íntimamente relacio nados con Jesús y tuvieron el privilegio de escuchar sus enseñanzas. Cada uno poseía graves defectos de carácter. Y ambos tuvieron acceso a la gracia divina que transforma el carácter. Pero mientras uno en humildad aprendía de Jesús, el otro reveló que no era un hacedor de la palabra, sino solamente un oidor. El uno, destruyendo diariamente el yo y venciendo al pecado, fue santificado por medio de la verdad; el otro, resistiendo al poder transformador de la gracia y dando rienda suelta a sus deseos egoístas, fue reducido a servidumbre por Satanás.Semejante transformación de carácter como la observada en la vida de Juan, es siempre resultado de la comunión con Cristo. Pueden existir defectos notables en el carácter de una persona, pero cuando llega a ser un verdadero discípulo de Cristo, el poder de la gracia divina le transforma y santifica. Contemplando como por un espejo la gloria del Señor, es transformado de gloria en gloria, hasta que llega a asemejarse a Aquel a quien adora - Los hechos de los apóstoles, p. 446.
Los que no solo oyen sino que hacen las palabras de Cristo ponen de manifiesto en el carácter la operación del Espíritu Santo. El resultado de la obra interna del Espíritu Santo se demuestra en la conducta externa. La vida del cristiano se oculta con Cristo en Dios, y Dios reconoce a los que son suyos declarando: “Vosotros sois mis testigos”. Ellos testifican que el poder divino está influyendo en su corazón y dando forma a su conducta. Sus obras dan evidencia de que el Espíritu está actuando en el hombre interior; los que se relacionan con ellos están convencidos de que tienen a Cristo como su modelo.
Los que están en relación con Dios son canales del poder de su Santo Espíritu... La vida interior se manifiesta por la conducta In Heavenly Places, p. 22; parcialmente en En los lugares celestiales, p. 24.
Muchos que invocan el nombre de Cristo caminan a la luz de las chispas de su propio fuego, en lugar de seguir tras las pisadas de su pro feso Maestro. No representan el mismo carácter que Cristo representaba mediante su amor puro y sincero hacia Dios, y su amor para el hombre caído. No aceptan a Dios al pie de la letra, ni identifican sus intereses con Jesucristo. No forman el hábito de tener comunión con Jesús, de tomarlo como su guía y consejero, y por lo tanto no aprenden el oficio de vivir una vida cristiana bien definida. Los que no se conforman con escuchar las palabras de Cristo, sino que las ponen en práctica, ponen de manifiesto el carácter de la operación del Espíritu Santo. El resultado de la operación interna del Espíritu de Dios se revela en la conducta exterior. La vida del cristiano está escondida con Cristo en Dios... Sus obras revelan que el Espíritu influye sobre el hombre interior; los que se asocian con ellos se convencen de que han elegido a Jesucristo como su modelo — Exaltad a Jesús, p. 118.
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