33. PELIGROS QUE AFRONTA LA JUVENTUD
Los hábitos
determinan el destino.
En la niñez y la juventud es cuando el carácter es más impresionable. Entonces
es cuando debe adquirirse la facultad del dominio propio. En el hogar y la
familia, se ejercen influencias cuyos resultados son tan duraderos como la
eternidad. Más que cualquier dote natural, los hábitos formados en los primeros
años deciden si un hombre vencerá o será vencido en la batalla de la vida. La
juventud es el tiempo de la siembra. Determina el carácter de la cosecha, para
esta vida y la venidera. - DTG 75 (1898).
Autodisciplina versus complacencia propia.
El mundo está entregado a la sensualidad. Abundan los errores y las fábulas. se
han multiplicado las trampas de Satanás para destruir a las almas. Todos los
que quieran alcanzar la santidad en el temor de Dios deben aprender las
lecciones de temperancia y dominio propio. Las pasiones y los apetitos deben
ser mantenidos sujetos a las facultades superiores de la mente. Esta disciplina
propia es esencial para la fuerza mental y la percepción espiritual que nos han
de habilitar para comprender y practicar las sagradas verdades de la Palabra de
Dios. Por esta razón, la temperancia ocupa un lugar en la obra de prepararnos
para la segunda venida de Cristo. - DTG 76 (1898).
"Portaos varonilmente".
Los jóvenes deberían tener ideas amplias, planes sabios, para sacar el mayor
provecho de sus oportunidades e imbuirse de la inspiración y el valor que
animaban a los apóstoles. Juan dice: "Os escribo a vosotros, jóvenes,
porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno" (1 Juan 2: 14). Se presenta a los jóvenes una norma
elevada, y Dios los invita a emprender un verdadero servicio por él. Los jóvenes
de corazón recto que se deleitan en aprender en la escuela de Cristo, pueden
hacer una gran obra por el Maestro si tan sólo quieren prestar oído a la orden
del Capitán, tal como ha resonado a lo largo de las filas hasta nuestro tiempo:
"Portaos varonilmente, y esforzaos" (1 Corintios 16: 13).- RH , 16 de
junio de 1891, MJ 20, 21.
Peligro de descuidar la educación y la preparación especial.
Los jóvenes que desean entrar en el campo como ministros colportores, deben
recibir antes un grado adecuado de preparación mental, como también una
preparación especial para su vocación. Los que no son educados, preparados y
refinados, no están listos para entrar en el campo donde personas de poderosa
influencia por sus talentos y educación combaten contra las verdades de la
Palabra de Dios. No pueden tampoco arrostrar con éxito las extrañas formas del
error, religiosas y filosóficas combinadas, cuyo desenmascaramiento requiere
conocimiento tanto de la verdad científica como de la bíblica. - EC 476 (1885).
El brillo no es seguridad de éxito.
No es verdad que los jóvenes brillantes siempre tienen el mayor éxito. Muy a
menudo los hombres de talento y educación han sido puestos en cargos de
confianza y han fracasado. Su brillo tenía la apariencia del otro, pero cuando
se lo probó, demostró ser sólo oropel y escoria. Por su infidelidad fracasaron
en su trabajo.
No fueron diligentes y perseverantes y no fueron al fondo de las cosas. No
estuvieron dispuestos a comenzar en el escalón inferior de la escalera y, con
esfuerzo paciente, a ascender escalón tras escalón hasta alcanzar la cima.
Caminarán al resplandor de sus propias chispas. No dependieron de la sabiduría
que sólo Dios puede dar. Su fracaso no se debió a que no tuvieron una
oportunidad, sino a que no tuvieron una mente sobria. No sintieron que las
ventajas de la educación eran de valor para ellos, y por lo tanto no avanzaron
como podrían haberlo hecho en el conocimiento de la religión y de la ciencia.
Su mente y su carácter no fueron equilibrados por los elevados principios de lo
recto. - RH , 8 de dic. de 1891; FE 193.
No hay virtud en la ignorancia.
Usted pensó que era de la mayor importancia adquirir una educación en las
ciencias. No hay virtud en la ignorancia, y el conocimiento no necesariamente
disminuirá el crecimiento cristiano, pero si usted lo busca por principio, y
tiene ante sí el objetivo correcto y siente su obligación ante Dios de usar sus
facultades para hacer bien a otros y promover la gloria de Dios, el
conocimiento le ayudará a realizar éste propósito; le ayudará a ejercitar los
poderes que Dios le ha dado y emplearlos en su servicio. - 3T 223 (1872).
Ponerse de lado de los incrédulos.
La Palabra de Dios nos juzgará a cada uno de nosotros en el último gran día.
Los jóvenes hablan de la ciencia, y son más sabios de lo que está escrito;
procuran explicar los caminos y las obras de Dios de acuerdo con su comprensión
finita; pero todo eso concluye en un miserable fracaso.
La verdadera ciencia y la inspiración están en perfecta armonía. La falsa ciencia
es algo independiente de Dios. Es ignorancia presuntuosa. Este poder engañador
ha cautivado y esclavizado las mentes de muchos que han preferido las tinieblas
a la luz. Se han puesto del lado de la incredulidad, como si el dudar fuese una
virtud e indicio de una mente amplia, cuando en realidad revela un intelecto
demasiado débil y estrecho para percibir a Dios en sus obras creadas. No
podrían sondear el misterio de su Providencia, aunque lo estudiasen con toda su
fuerza durante toda la vida. Y debido a que las obras de Dios no pueden ser
explicadas por las mentes finitas, Satanás los somete a sus sofismas, y los
enreda en las mallas de la incredulidad. Si éstos que dudan quieren
relacionarse estrechamente con Dios, él aclarará sus propósitos. - 1JT 583
(1881).
El poder destructor de la duda.
No hay excusa para la duda o el escepticismo. Dios ha hecho amplia provisión
para establecer la fe de todos los hombres, si quieren decidir por el peso de
las evidencias. Pero si antes de creer, esperan que cada objeción aparente sea
eliminada, nunca se establecerán, arraigarán ni afirmarán en la verdad. Dios no
eliminará nunca todas las aparentes dificultades de nuestra senda. Los que
deseen dudar, podrán hallar oportunidad para ello; los que deseen creer, tendrán
bastantes evidencias en que basar su fe.
La actitud de algunos es inexplicable, aun para ellos mismos. Van al garete,
sin anclas, debatiéndose en la niebla de la incertidumbre. Pronto se apodera
Satanás del timón, y lleva su frágil embarcación doquiera le place. Pasan a ser
sujetos a su voluntad. Si estos espíritus no hubiesen escuchado a Satanás, no
habrían sido engañados por sus sofismas; si se hubiesen equilibrado del lado de
Dios, no habrían quedado confundidos y aturdidos. - 1JT 582 (1881).
Dejar de poner en práctica el conocimiento.
Sin embargo, jóvenes, si obtienen mucho conocimiento pero dejan de ponerlo en
práctica, no alcanzarán su objetivo. Si, al obtener una educación, se dejan
absorber tanto por sus estudios que descuidan la oración y los privilegios
religiosos, y llegan a ser descuidados e indiferentes con respecto al bienestar
de sus almas, si dejan de aprender en la escuela de Cristo, están vendiendo su
primogenitura por un plato de lentejas. El objetivo por el cual están
obteniendo una educación no debería perderse de vista ni por un momento.
Deberían desarrollar y dirigir sus facultades de tal manera que puedan ser
útiles y bendecir a otros hasta el máximo de sus capacidades.
Si al obtener conocimiento aumentan su amor por sí mismos y su inclinación a
excusarse para no llevar responsabilidades, sería mejor que no siguieran
estudiando. Si aman e idolatran los libros y les permiten que ellos se
interpongan entre ustedes y sus deberes, de modo que sientan renuencia a dejar
sus estudios y sus lecturas para hacer las tareas esenciales que alguien tiene
que hacer, ustedes deberían reprimir sus deseos de estudiar y cultivar el amor
por hacer las cosas en las que ahora no se interesan. El que es fiel en lo muy
poco también será fiel en las cosas más grandes. 3T 223, 224 (1872).
Los males de la inacción física y el exceso de actividad mental.
Todo el cuerpo ha sido creado para la acción, y a menos que se mantengan sanas
las facultades físicas mediante el ejercicio activo, las facultades mentales no
podrán ser empleadas por mucho tiempo al máximo de su capacidad. La inacción
física que parece casi inevitable en el aula, junto con otras condiciones
malsanas, hace de ella un lugar difícil para los niños, especialmente para los
de constitución débil. . . No es extraño que en ella se eche con tanta
frecuencia el cimiento de enfermedades crónicas. El cerebro, el más delicado de
los órganos físicos, origen de la energía nerviosa de todo el organismo, sufre
el daño mayor. Obligando a realizar una actividad prematura o excesiva, y en
condiciones malsanas, se debilita, y con frecuencia los malos resultados son
permanentes. - Ed 207, 208 (1903).
Evitar cargas y trabajo (experiencia de dos jóvenes).
Estos jóvenes tienen deberes en casa que pasan por alto. No han aprendido a
realizar sus deberes y a llevar las responsabilidades que les corresponden en
el hogar. Tienen una madre fiel y práctica, que ha llevado muchas cargas que
los hijos no debieron haberle permitido llevar. En esto han dejado de honrar a
su madre. No han compartido las cargas de su padre como era su deber, y han
dejado de honrarlo como debían. Siguen las inclinaciones antes que el deber.
Han seguido una conducta egoísta en sus vidas, evitando cargas y trabajos, y
han dejado de obtener una valiosa experiencia de la que no pueden darse el lujo
de prescindir si desean tener éxito en la vida. No sintieron la importancia de
ser fiel en las cosas pequeñas, ni se han sentido bajo la obligación, ante sus
padres, de ser leales, íntegros y fieles en los deberes humildes y sencillos de
la vida que estaban directamente en su sendero. Pasan por alto los ramos
comunes del conocimiento, tan necesarios para la vida práctica. - 3T 221, 222
(1872).
Recreación versus diversión.
Hay una diferencia entre recreación y diversión. La recreación, cuando responde
a su nombre, recreación, tiende a fortalecer y reparar. Apartándonos de
nuestros cuidados y ocupaciones comunes, provea refrigerio para la mente y el
cuerpo, y de ese modo nos permite volver con nuevo vigor al trabajo serio de la
vida. Por otra parte, se busca la diversión para experimentar placer y con
frecuencia se lleva al exceso; absorbe las energías requeridas para el trabajo
útil, y resulta de ese modo un obstáculo para el verdadero éxito de la vida. -
Ed 207 (1903).
Alegría sin sentido.
Nuestras recreaciones no deben consistir en escenas de alegría sin sentido ni
rebajarse a la insensatez. No podemos dirigirlas de tal manera que beneficien y
eleven a aquellos con quienes nos asociamos, y nos dejen a ellos y a nosotros
mismos mejor preparados para cumplir con éxito los deberes que nos incumben
como cristianos. - RH , julio de 1871; HAd 447, 448.
El baile moderno de moda.
El hecho de que, en su alegría reverente, David bailó delante de Dios ha sido
citado por los amantes de los placeres mundanos para justificar los bailes
modernos; pero este argumento no tiene fundamento. En nuestros días, el baile
va asociado con insensateces y festines de medianoche. La salud y la moral se
sacrifican en aras del placer. Los que frecuentan los salones de baile no hacen
de Dios el objeto de su contemplación y reverencia. La oración o los cantos de
alabanza serían considerados intempestivos en esas asambleas y reuniones.
Esta prueba debiera ser decisiva. Los cristianos verdaderos no han de procurar
las diversiones que tienden a debilitar el amor a las cosas sagradas y a
aminorar nuestro gozo en el servicio de Dios. La música y la danza de alegre
alabanza a Dios mientras se transportaba el arca no se asemejaban para nada a
la disipación de los bailes modernos. Las primeras tenían por objeto recordar a
Dios y ensalzar su santo nombre. Los segundos son un medio que Satanás usa para
hacer que los hombres se olviden de Dios y le deshonren. - PP 766 (1890).
Buscar satisfacción en los entretenimientos y placeres.
El enemigo procura de muchas maneras apartar nuestra mente del estudio de la
Palabra. A muchos induce a buscar satisfacción en los entretenimientos y los
placeres que parecen deseables para el corazón carnal. Pero los verdaderos
hijos de Dios no buscan su felicidad en este mundo. Buscan los gozos eternos de
un hogar en la ciudad eterna, donde mora Cristo, y donde los redimidos
recibirán la recompensa a la obediencia a los requerimientos de Dios. Estos no
desean las diversiones transitorias y baratas de esta vida, sino la
bienaventuranza perdurable del cielo.
Ms 51, 1912; NEV 286.
Pensamientos necios y conversación frívola.
¿Por qué no mantener sus mentes fijas en las inescrutables riquezas de Cristo a
fin de que usted pueda presentar a otros las gemas de la verdad?... Es
imposible hacerlo mientras nos complacemos en un espíritu ocioso e inquieto,
buscando constantemente algo que meramente gratificará los sentidos, algo para
entretenernos y producir risas necias. . . No debiéramos fijar nuestra mente
sobre cosas como éstas, cuando hay inescrutables riquezas para nosotros. Nos
llevará toda una eternidad comprender las riquezas de la gloria de Dios y de
Jesucristo.
Pero las mentes que están ocupadas con lecturas frívolas, con cuentos
excitantes, o que buscan entretenimientos, no se espacian en Cristo y no se
pueden regocijar en la plenitud de su amor. La mente que encuentra placer en
pensamientos necios y conversaciones frívolas están tan desprovistas del gozo
de Cristo como lo estaban sin rocío ni lluvia los montes de Gilboa. - RH , 15
de marzo de 1892.
El remolino de excitación.
Las ciudades de hoy están llegando rápidamente a ser como Sodoma y Gomorra. Los
feriados son numerosos; el remolino de la excitación y del placer aleja a miles
de los deberes serios de la vida. Los deportes excitantes -el teatro, las
carreras de caballos, los juegos de azar, el consumo de licores, y las fiestas-
estimulan todas las pasiones a la actividad.
Los jóvenes son barridos por la corriente popular. Los que aprenden a amar los
entretenimientos como un fin en sí mismos, abren las puertas a un torrente de
tentaciones. Se entregan a la algazara social y a la alegría sin sentido. Son
llevados de una forma de disipación a otra, hasta que pierden tanto el deseo
como la capacidad para una vida de utilidad. Sus aspiraciones religiosas se
enfrían; su vida espiritual se oscurece. Todas las facultades más nobles del
alma, todo lo que liga al hombre con el mundo espiritual, se degrada. - 9T 89,
90 (1909).
Partidas de placer.
Muchos permiten a los jóvenes asistir a partidas de placer, pensando que la
recreación es esencial para la salud y la felicidad; pero ¡qué peligros hay en
este camino! Cuanto más se complace el deseo de placer, tanto más se cultiva y
más fuerte se vuelve. La experiencia de la vida consiste mayormente en
complacencia propia y diversión. Dios nos ordena ser cuidadosos. "Así que,
el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10: 12).- CM
331 (ed PP); 265 (ed ACES) (1913).
La frivolidad es un peligro.
Sólo se da un modelo a los jóvenes, pero ¿cómo se comparan sus vidas con la
vida de Cristo? Me siento alarmada cuando veo por todas partes la frivolidad de
los jóvenes y las señoritas que profesan creer la verdad. Dios no parece estar
en sus pensamientos. Sus mentes están llenas de tonterías. Sus conversaciones
son sólo palabras vacías y vanas. Tienen un agudo oído para la música, y
Satanás sabe qué órganos excitar para animar, acaparar y hechizar la mente de
modo que no se desee a Cristo. Faltan los anhelos espirituales de conocimiento
divino que tiene el alma para poder crecer en la gracia. - 1T 496, 497 (1867).
La complacencia roba el poder del cerebro.
El mismo Testigo que registró la profanidad de Belsasar está presente con
nosotros dondequiera que vayamos. Joven, señorita, puedes no darte cuenta de
que Dios te está mirando; puedes sentirte en libertad de expresar con hechos
los impulsos del corazón natural, que puedes complacer tu liviandad y frivolidad,
pero de todas estas cosas tendrás que dar cuenta. Según lo que siembras
cosecharás, y si estás eliminando el fundamento de tu casa, quitando a tu
cerebro su alimento y a tus nervios su poder, por la disipación y la
complacencia del apetito y la pasión, tendrás que rendir cuentas a quien dice.
"Yo conozco tus obras". - RH , 29 de marzo de 1892.
El placer indiscriminado empequeñece la mente.
Del mismo modo que el comer apresuradamente el alimento temporal es perjudicial
para la salud física, el tragar ávidamente todo lo que tenga la apariencia de
placeres, empequeñece la mente, y la lleva a rechazar el alimento espiritual
que se le presenta. Se educa la mente para anhelar placeres así como el ebrio
anhela un vaso de licor. Parece imposible resistir la tentación. El pensamiento
sobrio es disgustante porque la presentación no es satisfactoria. No hay nada
placentero en la idea de leer y estudiar las palabras de vida eterna. - Carta
117, 1901.
Entretenimientos peligrosos.
Cualquier entretenimiento que los inhabilita para la oración secreta, para la
devoción en el altar de la oración, o para tomar parte en la reunión de oración
no es segura, sino peligrosa. - 3T 223 (1872).
La complacencia del apetito perjudica la salud del cuerpo y del alma.
¿Consideras, joven, que al elegir los principios de acción y al someter tu
mente a influencias, que estás formando tu carácter para la eternidad? No
puedes ocultar nada de Dios. Puedes practicar malos hábitos en secreto, pero no
están ocultos de Dios y los ángeles. Ellos miran estas cosas y tendrás que
encontrarte con ellas otra vez. Dios no se agrada contigo; se requiere que
estés mucho más adelantado en el conocimiento espiritual de lo que estás.
Con todas las oportunidades y los privilegios que Dios te ha dado, no tienes
las obras que corresponden a ellos. Tienes un deber para con los demás, y un
deber que se entiende imperfectamente será imperfectamente realizado. Habrá
errores y equivocaciones que no sólo serán perjudiciales para ti mismo sino que
ayudarán a fijar prácticas equivocadas en otros. Tienes hábitos de apetitos que
complaces en perjuicio de la salud del cuerpo así como del alma. Tus hábitos
han sido de intemperancia, según los hábitos y costumbres del mundo, y tu salud
ha sido perjudicada por tu complacencia del apetito. El cerebro se ha nublado,
y nunca tendrás pensamientos claros y puros hasta que tus hábitos y prácticas
estén de acuerdo con las leyes de Dios en la naturaleza. - Carta 36, 1887.
Evitar las tentaciones.
Eviten entrar en tentación. Cuando las tentaciones los rodeen, y ustedes no
puedan controlar las circunstancias que los exponen a ellas, entonces pueden
reclamar la promesa de Dios y con confianza y poder consciente exclamar:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4: 13). Hay fuerza
para todos ustedes en Dios. Pero ustedes nunca sentirán su necesidad de esa
fuerza, que es la única que puede salvarlos, a menos que sientan su debilidad y
pecaminosidad.
Jesús, su precioso Salvador, los llama ahora a tomar una posición firme sobre
la plataforma de la verdad eterna. Si sufren con El, los coronará con gloria en
su reino eterno. Si están dispuestos a sacrificar todo por El, entonces El será
su Salvador. Pero si escogen su propio camino, avanzarán a la oscuridad hasta que
sea demasiado tarde para asegurarse la recompensa eterna. - 3T 45, 46 (1872).
Acaricien una ambición justa.
Ame lo correcto porque es correcto, y analice sus sentimientos, sus
impresiones, a la luz de la Palabra de Dios. La ambición mal dirigida lo llevará
a la aflicción tan ciertamente como ceda a ella. Estoy tratando de captar las
palabras y expresiones exactas que se hicieron con referencia a esto, y
mientras mi pluma vacila por un momento, las palabras apropiadas vienen a mi
mente. Quiero que me entienda.
Acaricie una ambición que produzca gloria a Dios porque está santificada por el
Espíritu Santo. Permita que el aceite santo que viene de las dos ramas de
olivo, grave su santo resplandor en el altar de su alma. La obra de estas ramas
de olivo representa la más rica comunicación del Espíritu Santo. - Carta 123,
1904.
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