DIOS AMA DE PURA GRACIA
Sábado 28 de diciembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 33: 15–22; Oseas 14: 1–4; Apocalipsis 4: 11; Juan 17: 24; Mateo 22: 1–14; Juan 10: 17, 18.
PARA MEMORIZAR:
«Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos» (Ose. 14: 4).
Aunque Pedro negó a Jesús tres veces, tal como Jesús había predicho (Mat. 26: 34), esas negaciones no fueron el final de la historia. Después de la resurrección, Jesús le preguntó: «“Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?”. Le respondió: “Sí, Señor; tú sabes que te quiero”. Él le dijo: “Apacienta mis corderos”. Volvió a decirle la segunda vez: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”. Pedro le respondió: “Sí, Señor; tú sabes que te quiero”. Le dijo: “Pastorea mis ovejas”. Le dijo la tercera vez: “Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: “¿Me quieres?”, y le respondió: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”». (Juan 21: 15-17). Así como Pedro había negado a Jesús tres veces, Jesús restauró a Pedro tres veces por medio de la pregunta crucial: «¿Me amas?»
Por diferentes que sean nuestras circunstancias de las de Pedro, en muchos aspectos el principio es el mismo. Es decir, la pregunta que Jesús había hecho a Pedro es, en realidad, la pregunta definitiva que Dios nos hace a cada uno de nosotros en nuestro tiempo y lugar: «¿Me amas?». Todo depende de nuestra respuesta a esa pregunta.
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