MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS RAZONABLES
Dios no solo nos pregunta: «¿Me amas?», sino que también ama a cada persona, y lo hace de pura gracia. De hecho, nos ama a ti y a mí, y a todas las personas, más de lo que podemos imaginar. Conocemos este amor por la forma en que ha actuado a lo largo de la historia de su pueblo.
Lee Éxodo 33: 15 al 22. Considera el contexto de estos versículos y la narración en la que aparecen. ¿Qué revela este pasaje, especialmente el versículo 19, acerca de la voluntad y el amor de Dios?
Éxo 33:15 —O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí.
Éxo 33:16 Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?
Éxo 33:17 —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo.
Éxo 33:18 —Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés.
Éxo 33:19 Y el Señor le respondió: —Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo.
Éxo 33:20 Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida.
Éxo 33:21 »Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí.
Éxo 33:22 Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano, hasta que haya pasado.
Éxo 33:23 Luego, retiraré la mano y podrás verme la espalda. Pero mi rostro no lo verás. (NVI)
Todo parecía perdido. Poco después de que Dios liberara a su pueblo de la esclavitud en Egipto, Israel se rebeló contra él y adoró un becerro de oro. Cuando Moisés bajó del monte, vio lo que habían hecho y arrojó las tablas que contenían los Diez Mandamientos, las cuales se hicieron añicos. Aunque el pueblo
había perdido todo derecho a los privilegios y las bendiciones del pacto que Dios les había concedido de pura gracia, el Señor decidió aun así continuar en la relación de pacto con ellos, a pesar de que eran indignos de las bendiciones de aquel acuerdo.
Las palabras de Éxodo 33: 19, «tengo misericordia del que quiero tener misericordia, y soy clemente con quien quiero ser clemente», a menudo se malinterpretan en el sentido de que Dios elige arbitrariamente ser compasivo y misericordioso con algunos, pero no con otros. Sin embargo, a la luz del contexto, Dios no está afirmando aquí que él arbitrariamente será misericordioso y compasivo con algunos y no con otros. No es así como Dios actúa, contrariamente a lo que dice la teología popular según la cual Dios predestina a algunos para que se pierdan y enfrenten la condenación eterna.
¿Qué está proclamando Dios aquí? Esencialmente, que como Creador de todo, tiene el derecho y la autoridad de conceder gracia y compasión libremente incluso a las personas que menos lo merecen. Y lo está haciendo en esta situación, incluso después de la rebelión del becerro de oro, al conceder misericordia a su pueblo, Israel, aunque no lo mereciera.
Este es uno de los muchos casos en los que Dios manifiesta su amor y lo hace más allá de cualquier expectativa razonable. Buenas noticias para todos nosotros, ¿verdad?
¿De qué maneras Dios sigue manifestando su amor por ti, incluso más allá de lo que podrías esperar?
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