RESEÑA
Enfoque del estudio: Génesis
3:1-4; Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:12-19; Mateo 13:24-30; Juan 8:44;
Apocalipsis 12:7-9.
Introducción: El
Conflicto Cósmico afecta diariamente a todos los seres humanos y al universo en
general. Satanás intenta usurpar el culto que se debe a Dios, pero será
finalmente derrotado.
La lección de esta semana
subraya tres importantes nociones:
El Conflicto Cósmico no es
una batalla dualista entre poderes omnipotentes: El
Conflicto Cósmico se centra en la perfección moral del carácter de Dios y no
involucra a dos poderes iguales e independientes que luchan en una guerra sin
fin, ya que Lucifer fue creado por Dios, pero decidió cuestionar el carácter de
su Creador.
El Conflicto Cósmico
involucra al pueblo de Dios: Todo el universo
siente los efectos del Conflicto Cósmico. En el Cielo, Cristo fue el blanco
principal de la rebelión de Lucifer. En el desierto, Satanás cuestionó la
filiación divina de Jesús. Sin embargo, nuestro Señor salió victorioso y tiene
el poder de convertirnos en hijos e hijas de Dios.
La resolución del Conflicto
Cósmico no podía ser prematura: Llegará un día en que
Dios acabará finalmente con el mal. Mientras tanto, se permite que el mal
llegue a su madurez para que las falsas acusaciones hechas contra el gobierno
divino puedan ser vistas en su verdadera luz por todos los seres creados.
¿De qué manera debería el
hecho de que nos enfrentamos a diario a los efectos del Conflicto Cósmico
hacernos aún más conscientes y dispuestos a depender de Dios en todo momento?
El
Conflicto Cósmico no es una batalla dualista entre poderes omnipotentes
Existen distintas versiones
del Conflicto Cósmico en diferentes círculos religiosos y filosóficos. Una
versión no cristiana influyente es el dualismo. Como señala C. S. Lewis, el
dualismo es "la creencia de que existen dos poderes iguales e independientes
detrás de todas las cosas, uno bueno y el otro malo, y que este universo es el
campo de batalla en el que están empeñados en una guerra interminable".
Decir que estos poderes son igualmente independientes significa que ambos
"han existido desde la eternidad" (Cristianismo, y nada más [Caribe,
1977], p. 53). Este combate dualista no es el tipo de conflicto cósmico que
relata la Biblia. Desde una perspectiva bíblica, el que ahora se llama Satanás
"fue creado por Dios, y [...] era bueno cuando fue creado y luego se
desvió". A semejanza del dualismo, el cristianismo reconoce que nuestro
"universo se halla en guerra". Pero, a diferencia del dualismo, no
cree que se trate de "una guerra entre dos poderes [iguales en fuerza e]
independientes", sino "una guerra civil, una rebelión, y nosotros
vivimos en una parte del universo ocupada por los rebeldes" (Cristianismo,
y nada más, p. 56).
Por lo tanto, en lugar de un
conflicto cósmico librado entre dos poderes omnipotentes independientes, lo que
tenemos es una rebelión de la criatura contra el Creador. A la luz del papel de
la serpiente engañadora en Génesis 3, el Conflicto se centra en la percepción
del carácter de Dios reflejado en su Ley. En otras palabras, ¿es Dios digno de
confianza? ¿Podemos creer en sus aseveraciones? Obviamente, estas dos preguntas
son cruciales para una relación amorosa. Es imposible desarrollar una relación
genuina y profunda de amor con alguien en quien no se confía.
La rebelión de Lucifer
contra Dios, que marcó el inicio del Conflicto Cósmico, comenzó en el Cielo y
se puede apreciar en Isaías 14:12 al 15 y Ezequiel 28:12 al 19, especialmente
si comparamos estos capítulos con Génesis 3 y Apocalipsis 12. Aunque esos pasajes
de Isaías y Ezequiel se refieren en primera instancia a los reyes de Babilonia
y Tiro respectivamente, "en cada pasaje hay un movimiento desde el ámbito
local e histórico de los reyes terrenales al ámbito sobrenatural celestial que
describe a Lucifer/Satán y el surgimiento del Gran Conflicto" (Richard
Davidson, "Cosmic narrative for the coming millennium", Journal
oftheAdventist Theological Society 11, N° 1-2 [2000], p. 107). En
esencia, Lucifer desea exaltarse a sí mismo como si fuera Dios. Más
concretamente, desea poseer mediante la usurpación el estatus y el poder de los
que solo Dios es digno, pero no su carácter amoroso, dado que intenta exaltarse
mediante la calumnia y la mentira (Gén. 3:4; Juan 8:44).
El
Conflicto Cósmico involucra al pueblo de Dios
Aunque el Conflicto Cósmico
comenzó en el Cielo con la rebelión de Lucifer contra Dios, con el tiempo
involucró a todo el universo, específicamente a los ángeles (Apoc.
12:7-9) y a los seres humanos (Gén. 3). Cuando Eva cayó en la
tentación del Diablo y Adán la siguió deliberadamente, nuestro mundo se
convirtió en el escenario del Conflicto Cósmico. En un mundo pecaminoso, las
criaturas humanas se enfrentan cada día a la existencia y los efectos de ese
conflicto. Obviamente, este escenario también se refleja en la historia del
pueblo de Dios a lo largo de la Escritura.
Si el Cristo divino ya era
el blanco principal de la rebelión de Lucifer en el Cielo (Apoc. 12:7; ver
también el capítulo "El origen del mal", de Patriarcas y
profetas), su condición terrenal como nuestro Redentor, como nuevo
representante del pueblo de Dios y como segundo Adán (Rom. 5:14; 1 Cor.
15:22,45), convirtió al Cristo encarnado en el blanco principal de los ataques
intensificados de Satanás en el desierto.
Antes de relatar la
tentación de Cristo, Lucas describe su bautismo y cómo Dios reafirmó que él era
su Hijo: "Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco" (Luc. 3:22). A
esto le sigue una lista genealógica que comienza con Jesús como "hijo de
José" (vers. 23) y retrocede progresivamente (vers. 23-38) hasta Adán,
"hijo de Dios" (vers. 38). Con este trasfondo en mente, el oyente o
el lector atento del Evangelio ve cómo Satanás comienza sus tentaciones en el
desierto cuestionando que Jesús sea "el Hijo de Dios" (Luc. 4:3), que
es clara y precisamente lo que la voz divina dijo a Jesús unos versículos
antes. Si tomamos a Adán como una referencia importante en la genealogía que
precede inmediatamente a la narración de la tentación, existe una gran
similitud entre esta y la tentación de la serpiente en el Edén, donde Eva
también cuestionó, al menos en su mente, (ver Gén. 3:1, 4) una clara
declaración que Dios les dirigió acerca de los resultados mortales de comer del
árbol del conocimiento del bien y del mal, como se indica unos versículos antes
(ver Gén. 2:17).
De esta manera, la narración
de la tentación en el Evangelio muestra que tenemos una historia diferente
acerca de la humanidad en Jesús, el nuevo Adán. Mientras que Adán cayó en la
tentación del Edén, Jesús venció en la tentación del desierto. Su victoria
abrió un nuevo horizonte para los hijos y las hijas de Dios en el Conflicto
Cósmico en la medida en que Cristo es el nuevo Adán, es decir, el nuevo jefe de
la familia humana.
En el Evangelio de Mateo, la
narración de la tentación aparece justo después del relato del bautismo de
Jesús. En lugar de la referencia global y abarcadora de Lucas a Adán, Mateo
parece tener en mente al pueblo de Israel. La genealogía se centra en figuras
como Abraham y David (Mat. 1:1-17), y el decreto de la matanza de los niños en
el contexto de la historia de Jesús (Mat. 2:13-16) se hace eco de la historia
de Moisés. La comparación con el pueblo de Israel se hace más enfática cuando
observamos que todas las respuestas que Jesús dio al diablo en el desierto
están tomadas de la experiencia de Israel en el desierto (Deut. 8:3; 6:16;
6:13). En resumen, donde Israel fracasó, Jesús salió victorioso, lo que abre un
nuevo horizonte para el pueblo de Dios en el Conflicto Cósmico, ya que Cristo
ocupa representativamente el lugar de un nuevo Israel.
La resolución del Conflicto
Cósmico no podía ser prematura
La parábola del trigo y la
cizaña en Mateo 13:24 al 30 indica, en la enseñanza de Jesús, la presencia de
un conflicto cósmico acerca del Reino de los Cielos. El Enemigo es capaz de
sembrar cizaña para que crezca junto con el trigo (la buena semilla). Esta
siembra no solo es una acción maligna, sino también engañosa, ya que cualquier
intento correctivo de arrancar inmediatamente la cizaña para resolver esta
situación problemática puede poner en peligro el trigo (Mat. 13:29). Por esta
razón, la necesaria distinción y separación entre ellos debe esperar hasta la
siega, o Juicio Final (Mat. 13:30).
Cabe destacar que el relato
de Elena de White acerca de la reacción de Dios ante Lucifer/Satán en las fases
iniciales del conflicto cósmico en el Cielo sigue el mismo principio bíblico
subrayado en la parábola del trigo y la cizaña. Al explicar por qué Dios no
destruyó inmediatamente a Satanás, Elena de White señala que "la
influencia del Engañador no habría quedado destruida del todo, ni el espíritu
de rebelión habría sido extirpado por completo. Se debía permitir que el mal
llegase a su madurez. Para el bien del universo entero a través de las edades
sin fin, Satanás debía desarrollar más plenamente sus principios, para que
todos los seres creados pudiesen ver en su verdadera dimensión los cargos
contra el gobierno divino, para que la justicia y la misericordia de Dios y la
inmutabilidad de su Ley pudiesen quedar para siempre más allá de todo
cuestionamiento" (El conflicto de los siglos, p. 553).
Analiza las siguientes
preguntas con tus alumnos:
1. ¿Cuál sería la mejor
manera de explicar la naturaleza del Conflicto Cósmico a un no creyente, en
vista de que todos enfrentamos los efectos de este conflicto?
2. Al
reflexionar acerca de la forma en que Dios trata las falsas acusaciones del
Diablo, resulta conmovedor su carácter amoroso y digno de confianza. ¿Cómo se
manifiesta el carácter amoroso de Dios cuando construimos relaciones de
confianza mutua con nuestros hermanos de iglesia?
3. Amar
y confiar en alguien depende del carácter moral de la persona en cuestión. ¿Qué
virtudes necesitas cultivar en tu propia vida, por la gracia de Dios, para
reflejar su carácter?
4. Cuando
las personas se distancian de Dios y dejan de tener una relación cercana con
él, cambia su percepción del carácter divino. ¿Cómo podemos experimentar más
activamente la presencia de Dios y exaltar sus atributos y su carácter amoroso
ante los demás para evitar así este peligro?
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