Jueves 24 de abril | Lección 4
UNA LUZ PARA LOS GENTILES
Dios estableció la nación de Israel para salvar al mundo, no para condenarlo. La mayoría de nosotros nos sentimos condenados cuando somos confrontados por el comportamiento justo de alguien; así que la existencia de Israel también sirvió para resaltar el pecado y el egoísmo de las naciones vecinas. Los creyentes que viven en armonía con Dios resaltan el carácter justo de él y motivan así a otros a reflexionar. Idealmente, la vida de quienes «guardan los mandamientos de Dios» (Apoc. 14: 12) debería ilustrar el carácter divino.
Si los israelitas hubieran actuado como debían y hubieran hecho lo que se les había indicado, las naciones paganas se habrían acercado a ellos de manera pacífica y deseosas de saber más acerca de ellos y de su Dios. Trágicamente, como demostró el cautiverio en Babilonia, estas naciones vinieron a ellos en son de guerra.
El máximo exponente del carácter de Dios fue Jesús, el único ser humano que ha revelado a la perfección cómo es Dios. Pero su ejemplo perfecto, que ciertamente produjo convicción en los corazones, tenía la intención de ser una invitación (ver Juan 3: 16-21).
El propósito divino para el establecimiento de la nación de Israel fue el mismo que para la iglesia: él anhela que su pueblo atraiga a los pecadores a Cristo. El llamado del mensaje de los tres ángeles proclamado por su iglesia no se dirige a unos pocos elegidos, sino a «toda nación y tribu, lengua y pueblo» (Apoc. 14: 6). Apocalipsis 18: 1 predice que toda la Tierra será iluminada con la gloria de Dios antes del regreso de Cristo.
¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes acerca del papel que Dios quiere que su pueblo cumpla en el mundo? ¿Cómo podemos aplicar estos principios a nosotros mismos?
(a) Números 14: 17-21
Núm 14:17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo:
Núm 14:18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.
Núm 14:19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
Núm 14:20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.
Núm 14:21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,
(b) Isaías 42: 6; 49: 6; 60: 3
Isa 42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
Isa 49:6 dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
Isa 60:3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
(c) Apocalipsis 18: 1-4
Apo 18:1 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria.
Apo 18:2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia,(A) y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
Apo 18:3 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación;(C) y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
Apo 18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío,(D) para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
Lee nuevamente en Apocalipsis 18: 1 al 4 el llamado de Dios a su pueblo para que salga de Babilonia. ¿Cómo sucederá eso? En otras palabras, ¿cómo podemos nosotros, como iglesia que no está en Babilonia, ser utilizados por Dios para llamar a su pueblo que todavía está en ella?
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