Lección 5 | Jueves 1° de mayo
PROFETIZAR DE NUEVO
La iglesia remanente nació en el Nuevo Mundo, precisamente donde hallaron refugio quienes buscaban libertad religiosa durante los siglos XVII y XVIII. Dados los antiguos obstáculos religiosos y políticos que existían en otras latitudes, es poco probable que este movimiento hubiera surgido con la misma rapidez o fuerza en otro lugar como lo hizo en la nueva tierra que se convirtió en los Estados Unidos.
Lee Apocalipsis 10: 1 al 11, donde se describe el nacimiento de este movimiento. Busca en ese texto algunos de los elementos que hemos estudiado, como «las naciones», la tierra y el mar. Con la debida cautela para no introducir en el pasaje ideas que no se encuentran en él, ¿Qué mensajes encuentras allí?
Apo 10:1 Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Apo 10:2 Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
Apo 10:3 y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
Apo 10:4 Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
Apo 10:5 Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
Apo 10:6 y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,
Apo 10:7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.(A)
Apo 10:8 La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Apo 10:9 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Apo 10:10 Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.(B)
Apo 10:11 Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
El ángel clama a gran voz, como lo hacen los tres ángeles de Apocalipsis 14 y el ángel de Apocalipsis 18. Se trata de un momento crucial de la historia, cuando el mundo está en peligro. Es entonces cuando se establece la obra de la iglesia remanente en beneficio de «muchos pueblos y naciones, lenguas y reyes» (Apoc. 10: 11).
El ángel sostiene un «librito», probablemente el libro de Daniel (ver Dan. 12: 4), que se abre por primera vez después de muchas generaciones. El ángel tiene un pie sobre el mar y otro sobre la tierra. Esto podría hacer referencia al hecho de que el mensaje abarca todo el globo, tanto el Viejo Mundo como el Nuevo. También podría ser una referencia a la idea de que este mensaje es para todas las naciones, para quienes viven en la tierra y quienes viven en el «mar» gentil, o pagano.
El mundo será por fin iluminado con la gloria de Dios, y los mensajes finales de Apocalipsis 14 serán llevados a todos. Al igual que en el caso del Israel de antaño, nuestro mandato como iglesia es predicar el evangelio «en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin» (Mat. 24: 14).
Dios está encaminando la historia humana hacia su gran conclusión: el fin de los imperios humanos y la entronización permanente de Cristo. Lee Daniel 2: 34, 35, 44 y 45. La Biblia deja perfectamente claro, sin ninguna ambigüedad, que todos estos reinos mundanos serán erradicados sin que quede rastro alguno de ellos ni de sus horribles legados, y que serán reemplazados por el reino eterno de Dios, donde el pecado, el sufrimiento, la enfermedad, el mal y la muerte no volverán a surgir.
Observa la exactitud con que las profecías de Daniel 2 y 7 predijeron el surgimiento y la caída de todos estos imperios mundiales. ¿Por qué esa exactitud, asombrosa si pensamos en la época en que se escribió Daniel, debería ayudarnos a confiar en la promesa del reino final y eterno de Dios?
Comentarios
Publicar un comentario