Jueves 18 de abril - Preparación para la vejez Vi a David suplicando al Señor que no le abandonase cuando fuese viejo; vi qué causa le arrancaba esta ferviente oración. Veía él que los más de los ancianos que le rodeaban eran desgraciados, y que las características desfavorables de su carácter se intensificaban especialmente con la edad. Si por naturaleza las personas eran avarientas y codiciosas, lo eran hasta un punto muy desagradable en su vejez. Si eran celosas, inquietas e impacientes, lo eran especialmente en la edad provecta. David sentía gran angustia al ver que los reyes y los nobles que parecían haber temido a Dios mientras gozaban de la fuerza de su virilidad se ponían celosos de sus mejores amigos y parientes cuando llegaban a viejos. Temían de continuo que fuesen motivos egoístas los que inducían a sus amigos a manifestar interés por ellos. Escuchaban las sugestiones y los consejos engañosos de los extraños respecto a aquellos en quienes debieran haber confiado. Su